sábado, 7 de diciembre de 2013

LA HALLACA VENEZOLANA



LA  HALLACA  VENEZOLANA
Cuenta la tradición que en tiempos de la colonia, un viudo amo español, pidió a su esclava que preparará un exquisito manjar  para celebrar la boda de su única hija, aquella negra que desde siempre había sido el aya de la joven novia, quiso dar lo mejor de sí para mayor felicidad del acontecimiento, fue así como después de combinar aromas y sabores autóctonos de la tierra venezolana, con otros de la negritud desde su pasado ancestral y la peculiar multiculturalidad del conquistador español, surgió la hallaca venezolana con sus ingredientes de allá  y  de acá.
Al igual que cualquier otro elemento propio de la venezolanidad, la hallaca impacta los sentidos con una multisápida explosión de colores y aromas contenidos en la leve textura de la masa que aporta el maíz, con ese sello sutil  que el mestizaje ha dejado aquí,  para hacer de nuestro gentilicio un genio de carácter universal.
En su armadura de hojas de plátano, el maíz, bien conocido como la base alimentaria de la América prehispánica, aporta la piel que da cobijo a la pasa, la aceituna y la alcaparra venidos allende el mar, atrapa en sí los condimentos que hablan de una semiótica de la negritud, mezclados con  los proteicos jugos de la carne de ganado tan apreciada por los capitanes castellanos, es pues, la hallaca, la esencia multiétnica y pluricultural del alma venezolana hecha alimento.
Aunque emparentada con los tamales que reinan en otros entornos de nuestra América y más allá de las leves variantes que se dan dentro del territorio venezolano, quien se precie de venezolano conocedor de su gastronomía, jamás involucrará una hallaca venezolana con un bollo o tamal. Su apreciación visual, inconfundible, el aroma propio de hogar, la apreciación de diferentes carnes al paladar y su piel suave como las caricias de la madre, conducen el quinto sentido a la evocación de aguinaldos y campanas de navidad.
Puede representar la tradición zuliana, la caraqueña, la llanera, la andina o la oriental,  pero un venezolano siempre descubrirá  su  sabor a hogar…a patria entre campanadas de año nuevo y el himno nacional.
Yo te ofrezco la oriental, entrenada en una estirpe de mujeres hallaqueras con sello personal.

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